Este cartel invita a reflexionar sobre el consumismo y su arraigo en nuestra sociedad. Los juegos clásicos siguen sus mecánicas sin que nos detengamos a cuestionarlas.
Inspirado en el diseño de los videojuegos retro de los años 90, específicamente en Pac-Man, el cartel le da un giro satírico a esta estética. Si analizamos críticamente este juego aparentemente inocente, podríamos preguntarnos si los verdaderos "buenos" eran los fantasmas. Mientras Pac-Man devoraba todo a su paso sin medida, los fantasmas intentaban detenerlo.
Para la dirección de arte, utilicé el lenguaje visual del entretenimiento retro como herramienta para cuestionar el consumo desmedido y su impacto en la crisis ecológica. El mensaje es claro: si seguimos consumiendo sin conciencia, la naturaleza será la gran perdedora. Es un llamado urgente a equilibrar el desarrollo con la sostenibilidad.
Las problemáticas medioambientales que busco representar son:
Deforestación: La imagen denuncia la destrucción de bosques y ecosistemas debido a la explotación industrial y el consumo sin control.
Consumismo desenfrenado: El personaje "Consume-Man" caricaturiza cómo la sociedad prioriza el crecimiento económico sobre la preservación del medio ambiente.
Impacto en comunidades indígenas: Muchas comunidades originarias dependen de la naturaleza y resisten su explotación, representado en el personaje con el cartel de protesta.
Digitalización vs. naturaleza: La representación pixelada del planeta simboliza cómo el mundo moderno prioriza la tecnología y el desarrollo a costa del equilibrio ecológico.